miércoles, agosto 23, 2006

¿Bien? Venida

No soy un escritor de antología ni experto. No escribo tanto con el corazón, sino más bien con la cabeza. No soy tan talentoso como Miguelius, ni tan empático como la Tía Paola, ni tan egocéntrico como Copano, ni tan radical como Wenuan, ni tan consciente de la realidad como Francisca. Mis palabras son de cianuro, cada una dispuesta a eliminar(me) del mapa, a deshacerse (de mí). Mis palabras no son del todo sinceras; detrás de cada puerta, hay un universo de emociones, sensaciones e intenciones pugnando por aparecer en escena. Un ojo observa, el otro atesora y mi cerebro procesa. Pero no por ello soy desconsiderado o insensible, solo veo con un prisma crítico lo que a veces nos quieren pintar de azul de prusia y rojo pasión. Solo soy un opinólogo sin canal, un comentarista fuera del telediario, una persona que reclama su derecho a héroe.

En el pasillo que están atravesando, pueden encontrar discusiones en distintos contenedores. Por supuesto, todas están envasadas, para evitar su rápida descomposición. Una vez abierto, mantener a temperatura ambiente durante una ó dos semanas, con el fin de disfrutar al máximo de su frescura y sabor. Advertencia: Si el producto les genera algún tipo de malestar psicológico o inicio de indigestión anímica, el productor no se hace responsable, puesto que es la voluntad del cliente exponerse a este riesgo. En el caso contrario, de sentir una homeostasis crónica y un equilibrio agobiante, favor diríjase a la oficina de reclamos más cercana.

El productor y gestor de este viaje les desea un buen día. Antes de emprender el vuelo, en Informaciones retire su bolsa de mareo. Le aseguramos la necesitará.

Rosenrot, la Rosa Roja. Segunda parte.